top of page

La Isla del Carmen, Parte III: De presidio histórico a salina mundial y santuario natural.

  • Foto del escritor: Joaquín Muñoz
    Joaquín Muñoz
  • 28 dic 2024
  • 3 Min. de lectura

La isla del Carmen no permaneció mucho tiempo como colonia penal. Existen registros de 1910 y 1911 sobre el traslado de presos desde la península al penal de las Islas Marías. Con el tiempo, la explotación y comercialización de las salinas transformaron gradualmente su población, convirtiéndose en un importante centro de producción.

En las últimas décadas del siglo XIX, el crecimiento del pueblo requirió una mayor organización administrativa. En 1872, por ejemplo, se nombró a Maximino Flores como juez auxiliar; en ese mismo año se hizo referencia al reglamento interno de la isla del Carmen. En 1879 se designó a Santiago Viosca hijo como juez auxiliar de campo, y tres años después se le otorgó el cargo de juez de paz. A finales del siglo XIX y durante la primera década del XX, la isla contaba con un cuerpo administrativo que incluía un juzgado y un destacamento de policías. En cuanto a la comunicación, el transporte marítimo fluía con la salida de barcos cargados de sal y la llegada de embarcaciones con mercancías y suministros para una población en constante crecimiento.

A mediados del siglo XX, la producción de las salinas alcanzó la cifra de 50,000 toneladas anuales, colocándolas entre las más importantes del mundo. Fernando Jordán, destacado cronista que documentó prácticamente cada pueblo de la península en los años cincuenta, registró este logro en sus escritos.

La salina de la isla comenzó a ser explotada de manera organizada a partir de las concesiones otorgadas por el gobierno de Benito Juárez. Jordán detalla:

“La concesión fue otorgada a Fortunato de la Vega. Posteriormente, esta concesión pasó a poder de la Casa Viosca, de La Paz, cuyos directores la vendieron poco después a la Santa Fe Rail Company. Durante el tiempo que las salinas pertenecieron a esta compañía, permanecieron sin explotación. Por eso, tal vez cedieron sus derechos a la compañía ferrocarrilera Pacific Ltd., en cuyo poder quedaron hasta 1944, sin beneficio aparente. Finalmente, la concesión fue comprada por Salinas del Pacífico, S. A., compañía que actualmente las explota.”



A mediados del siglo pasado, la salina proporcionaba empleo a cerca de 140 trabajadores y sus familias. Había 40 niños, lo que hizo necesario contar con un espacio y un responsable para la impartición de clases. Como todo pueblo bien establecido, también contaba con una iglesia consagrada a la Virgen del Carmen, santa patrona de la isla.

La infraestructura para la explotación de las salinas evolucionó gradualmente. Se modernizó con la construcción de un pequeño tendido de vías férreas, que permitía transportar la sal de manera más eficiente hasta el muelle, donde se depositaba en las embarcaciones que llegaban a la isla. Este constante movimiento de sal, junto con el ingreso de insumos y mercancías, le otorgó a esta pequeña isla un carácter especial. Con el tiempo, incluso obtuvo la categoría de subdelegación.

El pequeño poblado, que mantuvo la actividad productiva más pujante de Loreto durante décadas, hoy se ve reflejado en las ruinas de su antiguo esplendor. La bonanza económica de antaño se dibuja en los vestigios de un pueblo salinero que, aunque desaparecido, guarda una historia vibrante.

Cada casa, muro y cimiento que aún permanecen en pie son mudos testigos del devenir histórico de esta pequeña porción de tierra. Gracias a la sal, la isla ha vivido una transformación única, pasando de ser un presidio rodeado de agua a una importante salina, y hoy en día, a un extraordinario santuario para la conservación de especies y la memoria de quienes han formado parte de su historia.


 

Comments


Logo_cabo business magazine.jpg

Nosotros

Cabo Business Class Magazine es una revista digital con notas de actualidad de la industria: Hotelera, restaurantera, turística, de negocios, wellness, bonvivant y personalidades de los Cabos, BCS.

Leer más

¡SUSCRÍBETE!

¡Ya estás suscrito!

© 2024 Creado por T3 MKT

  • Facebook
  • Instagram
  • Youtube
bottom of page