IMELDA MONTAÑO: Presidenta de AMEXME. Liderazgo, legado Los Cabos.
- Rocio Molina
- hace 3 días
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Cuéntanos tu historia...

¿Dónde naciste y cómo fue tu niñez?
Nací un 9 de abril en la ciudad de La Paz por una emergencia, ya que el parto de mi madre fue de alto riesgo. En aquella época, cualquier complicación era trasladada allá. Sin embargo, me registraron en Miraflores, el pueblo natal de mi madre y cuna de todos nuestros ancestros. Me enorgullece profundamente mi raíz sudcaliforniana, proveniente de gente trabajadora y de campo. El ejemplo de mis padres me forjó en el valor de la palabra y el trabajo bien hecho.
Mi infancia transcurrió entre la escuela y el enorme patio de mi casa, en el centro de San José del Cabo, donde se reunían amiguitos de la cuadra para jugar y hacer travesuras. Para mí, la mayor diversión era ir a la escuela; no tanto para estudiar, sino para convivir, ya que no tenía hermanos. Era mi lugar de juego perfecto. Siempre fui muy activa: las maestras me cambiaban de lugar constantemente para que dejara de platicar, pero terminaba contagiando a quien estuviera a mi lado.
No asistí al kínder, entré a la primaria a los 5 años, lo que me permitió ir un año adelantada. Nunca reprobé, pero tampoco estuve en el cuadro de honor porque mi conducta lo impedía. Eso sí, era muy participativa en arte y cultura: recitaba poesía coral, oratoria, cantaba, bailaba, tocaba la guitarra… Siempre estaba involucrada en cualquier evento.
Estudié toda mi formación básica en Los Cabos: la primaria en el Colegio Ugarte, la secundaria en la Antonio Mijares. Cursé dos carreras técnicas: Contaduría Privada y Secretaría en la Academia Comercial Ugarte, así como Dibujo Arquitectónico en el COBACH 02.
Me casé a los 22 años con Ulises Navarro Sánchez, mi único novio desde los 17. Tenemos dos hijas. Mi primer trabajo formal fue en FONATUR, donde permanecí cinco años. Ingresé como auxiliar de ventas y secretaria, y después fui comodín en diversas áreas, incluyendo Mercadotecnia y Dirección General. Finalmente, fui jefa del Departamento de Estadísticas.
Renuncié para emprender junto a mi esposo nuestro propio negocio: Papelería Maya, en 1996, el cual sigue operando en el mismo lugar, frente a la Secundaria Mijares.
Mi carrera universitaria la inicié a los 40 años. Me gradué con honores como Licenciada en Psicología, y posteriormente obtuve una Maestría en Educación.


¿Cómo inició tu trayectoria profesional y qué te motivó a seguir este camino?
Comencé desde joven. A los 20 años ya formaba parte de la Asociación Ganadera. A los 24, con nuestro negocio en marcha, me uní a CANACO SERVYTUR Los Cabos, honrando el legado de mi padre, pionero del transporte de taxi en la región. Junto a 20 socios fundamos Turiscabos S.A. de C.V., que hoy presta servicios autorizados de taxi en los aeropuertos de Los Cabos y La Paz, además de transporte privado colectivo y de lujo.
También incursioné en la administración pública impulsada por mi experiencia en la ganadería. Fundamos una empresa de productores para promover productos del rancho, que actualmente se comercializan en el mercado municipal. Construimos el primer Rastro TIF (Tipo Inspección Federal) en BCS, cuya operación se convenió con el Ayuntamiento. Fui designada como Directora de este establecimiento.
Permanecí en la administración pública durante 14 años, como Directora del Rastro TIF, luego como Directora General del Instituto de las Mujeres de Los Cabos, y más tarde como titular del Instituto Sudcaliforniano de las Mujeres.
Fui candidata a diputada por el PAN en dos ocasiones. He sido parte del Consejo de CANACO SERVYTUR, Directora de Turismo y Vicepresidenta de COPARMEX. También he sido Secretaria del Grupo Madrugadores y cofundadora de la Red de Mujeres por la Igualdad Sustantiva de BCS. Participé en el primer Parlamento de Mujeres de BCS y soy socia fundadora y actual presidenta de AMEXME Capítulo Los Cabos.
Este camino ha sido una odisea de retos, guiada por mis valores, convicciones y una firme filosofía de superación.
¿Cuáles han sido los mayores retos que has enfrentado en tu carrera?
Desde mi nacimiento enfrenté retos: fui hija única de padres mayores y mi vida, junto con la de mi madre, estuvo en riesgo. A lo largo del tiempo he sorteado múltiples desafíos, pero el más complejo ha sido incursionar en la política, especialmente en un ambiente donde se ha perdido la esencia y se ha adoptado la violencia como estrategia.
Mantenerme íntegra y fiel a mis principios ha sido mi mayor bandera. A pesar de no haber triunfado en las urnas, gané en lo más importante: mi conciencia tranquila, la firmeza de mi carácter y el orgullo de actuar con ética.

¿Hubo algún momento clave que marcó tu camino profesional?
Sí. La creación de la empresa de productores SOPROCOPA de Los Cabos, junto a mis compañeros ganaderos, fue el parteaguas de mi liderazgo. Inicié como secretaria del consejo y posteriormente fui presidenta. Este proyecto me abrió las puertas a la administración pública y a la política.
Como mamá y empresaria, ¿qué consejo das a las madres mexicanas?
Vivan con pasión cada momento. Plantéense pequeñas metas diarias para lograr grandes sueños. Créanse capaces, porque si lo crees, lo creas. El patriarcado ha sembrado inseguridades en las mujeres, pero sí se vale caer, levantarse y aceptar ayuda. No importa la edad: todos los días cuentan. Sean fieles a sí mismas, ámense y respétense siempre. Ese es el ejemplo que busco dejar a mis hijas y futuras generaciones.
Has trabajado tanto en el sector público como en el privado. ¿Qué diferencias y aprendizajes destacarías?
Ambos sectores se complementan. En la iniciativa privada aprendí estructura y disciplina; en la administración pública, estrategia y resiliencia. En ambos fui rigurosa con los lineamientos, leyes y estatutos. Implementé manuales y procesos que aseguraran una administración sana y eficiente. Entender y aplicar el concepto de “equipo” ha sido clave.
¿Cómo ha evolucionado el rol de la mujer en Los Cabos en los ámbitos empresarial y político?
Hemos avanzado gracias a las mujeres que nos antecedieron y a quienes caminamos juntas hoy. Aún falta lograr verdadera igualdad, especialmente en cargos directivos. En política hay paridad legal, pero aún persisten intereses que marginan a los perfiles más preparados y comprometidos con el género.
¿Cuál es el mayor reto para las mujeres que buscan emprender o asumir liderazgos?
Vencer la discriminación de género y las dudas que nos impone la sociedad: “¿Podré?”. Conciliar vida laboral y familiar, y acceder a apoyos financieros son otros grandes retos.
¿Qué libro o experiencia ha marcado tu vida profesional?
Más que libros, han sido personas. Recuerdo a mi maestro del COBACH, Rogelio, quien me regaló Como agua para chocolate con un mensaje que entonces no comprendí: "Rompe estereotipos, estudia una carrera universitaria, puedes tener un doble rol". Lo entendí más tarde, cuando logré desarrollarme como madre y profesional.
También el Médico Rubio fue clave. Él me impulsó a liderar y fundar la empresa de productores cuando aún era solo una asociada ganadera.
¿Un hábito clave en tu día a día?
Mi rutina de carga positiva: al despertar, toco mi cuenco con una oración, hago ejercicio, abrazo mi árbol favorito y por la noche, doy gracias.
¿Qué te inspira?
Yo misma soy mi mayor fuente de inspiración. Mi reto constante soy yo. Mi compromiso actual es tratarme bien, fluir con las circunstancias y vivir con conciencia cada día que el universo me regala.
¿Qué consejo darías a los jóvenes?
Respétense y sean fieles a sí mismos. Vivan con pasión y responsabilidad social. Conózcanse, ámense, evolucionen sin perder su esencia. La plenitud se construye desde uno mismo.
¿Qué legado te gustaría dejar al mundo?
Mi entrega. Compartir lo que sé, lo que soy, sin reservas. Lo he hecho en la empresa, en el servicio público y en organizaciones civiles. Dar sin esperar retribución, ser mentora, pasar la receta del platillo llamado “experiencia”. Porque quien no comparte su conocimiento, muere con él. Mi legado es de trascendencia: inspirar a otras generaciones a construir un mundo mejor.

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